La historia de personajes de cómics en películas es fascinante.
Actualmente vivimos en una era dorada de interconexión entre las películas y los cómics, con más frecuencia en el Universo Cinematográfico de Marvel.
Pese a que podemos apreciar que este espacio cada vez crece y concretan más obras con el paso del tiempo, no siempre ha sido así.
Es notorio que la colaboración entre Marvel y Sony al compartir a Spider-Man ha sido de gran repunte para ambos.
Sin embargo, nuestro arácnido favorito se ha ubicado en una pequeña isla por sí mismo dentro de Sony.
Esto debido a que Sony compró los derechos de cinematografía de Spider-Man a Marvel, acto que se consolidó después de haber rechazado la oportunidad de comprar a una cantidad considerable de personajes.
En 1998, Marvel se veía en búsqueda de algún flujo de efectivo después de haber emergido de bancarrota que archivó en dos años a priori.
Durante ese mismo periodo de tiempo, Yair, Landau, ejecutivo de Sony, buscaba asegurar los derechos de la gran pantalla de Spider-Man.
Es entonces cuando Ike Perlmutter, el entonces director ejecutivo y actual presidente de Marvel, replicó ofreciendo a Sony los derechos de una amplia variedad de personajes.
Personajes como Iron Man, Thor, Black Panther y Ant-Man se incluían en el amplio catálogo ofertado por nada más y nada menos que $25 millones de dólares.
A lo que Yair Landau respondió: «A nadie le importa un carajo el resto de personajes de Marvel, regresa y has un trato solamente por Spider-Man»
Dicho trato fue cerrado por Marvel cediendo los derechos cinematográficos de Spider-Man por $7 millones de dólares.
Destaquemos que Disney adquirió Marvel por $4 billones en 2009.
Y pensar que Sony pudo haber adquirido dichas cantidades por una inversión de tan solo $25 millones suena fascinante.