Corrupción: Acción de corromper o corromperse.
Los escándalos políticos llenan las páginas de los periódicos en la actualidad y los ciudadanos están cada vez más indignados que funcionarios públicos se conviertan en millonarios de la noche a la mañana. Las malas prácticas llevan siglos de historia y parecen inherentes al ser humano.
La corrupción es la lacra que no cesa, pero el pueblo también está involucrado en esta práctica, y tal vez todos algún día nos corrompimos en algo, porque tal parece que es un tema cultural y lo vemos como normal, desde un pequeño regalo insignificante para un funcionario para agilizar un trámite y el mentado te doy para el refresco para algún policía que nos detiene cuando cometemos una infracción, hasta los grandes moches millonarios en las licitaciones del gobierno, y como dice el refrán “tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata”. Pero esto no es nuevo la corrupción viene desde hace muchos años atrás, en el reinado de Ramsés IX, 1100 a. de C. en Egipto, un tal Peser, antiguo funcionario del faraón, denuncio en un documento los negocios sucios de otro funcionario que se había asociado con una banda de profanadores de tumbas. Otro caso en el año 324 a. de C. Demóstenes fue acusado de haberse apoderado de las sumas depositadas en la Acrópolis por el tesorero de Alejandro, este fue condenado y obligado a huir y Pericles, conocido como incorruptible, fue acusado de haber especulado sobre los trabajos de construcción en el Partenón.
No es posible que la corrupción la veamos como algo común y que se nos haga normal que para poder trabajar para nuestro gobierno estemos acostumbrados a dar el mentado moche que cada vez se vuelve más infernal, del 5%, pasamos al 10% y del 10% al 15% y ahora hasta el 20%, entonces
Ya no es moche, ni una pequeña ayuda, es tener un socio más en la empresa sin que tenga un responsabilidad ante las autoridades y con solo estirar la mano recibir dinero sin ningún compromiso, la culpa no es de ellos es de nosotros porque no denunciamos, porque tenemos miedo de que nos dejen afuera y porque siempre habrá otro al cual le convenga negociar de esa Manera, no se escoge al mejor proveedor se escoge al que da el moche sin respingar, nunca seremos un país de primer mundo si no se erradica la corrupción que es el cáncer que está terminando con nuestro país.
Seguiremos siendo un país sin desarrollo y estaremos cada vez más abajo en el lugar de competitividad en el año 2006 México se encontraba en el lugar 58 para el año 2020 nos encontramos en el lugar 62 de 132 países, en vez de subir estamos bajando en nuestra posición cada año, el gobierno en lugar de pagar y gastar en costos altísimos en los productos y servicios que adquiere de proveedores, ese dinero se puede ocupar para desarrollar tecnología y apostar a que nuestro país comience en una nueva era de las energías renovables, se debe meter a la cárcel a funcionarios y políticos corruptos que se enriquecen del erario público y quitar el fuero, pero para esto sin duda falta un largo camino por recorrer, y no es pretexto el decir si él lo hace porque yo no, más bien es trabajar cada uno en sus metros cuadrados y hacer lo que nos corresponde, el gobierno no debe de regalar dinero debe de hacer productivos a los jóvenes y a los pobres, regalar dinero no será la solución para una mejora continua, es hacer flojo a quien no quiere progresar.
«El oponerse a la corrupción en el Gobierno es la obligación más grande del patriotismo«. G. Edward Griffin.