#HablemosEnSerio Todo sobre el Colegio Electoral en EU

Por A Opinión Magacín

¿Quién tenga más votos siempre es el que gana las elecciones? El “Colegio Electoral” y la extraña manera de cómo funciona la democracia en los Estados Unidos.

Por Alberto Avilés @AnchoaAviles

En mis clases de civismo en la secundaria, el profesor Javier nos explicaba que el voto tiene 4 características fundamentales: libre, secreto, directo y universal. Es decir, nadie te puede obligar a votar por algún candidato, nadie tiene por qué saber por cuál candidato votaste, tú votas directamente para elegir a tu candidato (no hay intermediarios) y cualquier ciudadano mayor de edad en pleno uso de sus derechos puede votar. Eso es lo que garantiza el Instituto Nacional Electoral en cada elección, pero en nuestro vecino del norte es distinto en la parte del “voto directo”, y para entenderlo es necesario explicar que es el colegio electoral, cómo funciona y porque suele ser a veces tan controversial.

El Colegio Electoral son un grupo de personas elegidas por los estados para votar y elegir al Presidente y Vicepresidente de los EEUU. Esta establecido en la Constitución de los Estados Unidos en el artículo II, 1ra sección, cláusula II donde se menciona cuantos electores tiene derecho cada estado. Aunque el Colegio Electoral ha tenido diversos cambios en los más de 200 años de historia del país americano, su principio ha seguido intacto. El presidente se elige de forma indirecta.

Desde 1964 ha habido 538 votos electorales en cada elección presidencial. El famoso número de 538 corresponde al Congreso de los EEUU integrados por 435 representantes en la cámara baja, (lo que serían lo equivalente a los diputados federales en México) más los 100 senadores y por último agreguémosle los 3 votos electorales que tiene Washington D.C. que aunque no es un estado y no tiene representantes ni senadores, sí tiene algo que decir en las elecciones para presidente. EE.UU. se encuentra divido en 50 estados. Cada estado tiene 2 senadores, independientemente de su tamaño o población, pero los 435 representantes se encuentran divididos en los estados según su población. Debido a eso se pueden tener estados como Wyoming con 3 votos electorales (por su único representante/congresista y dos senadores) o cómo California que es el estado con más votos electorales, 55 (53 congresistas + 2 senadores).  Entonces, solo para aclarar, en realidad la gente no vota “directamente” para presidente, sino votan por cierto electorales que han “prometido” votar por cierto candidato. Ya sea republicano o demócrata eso depende de quien gane su estado.

El candidato que consiga 270 votos electorales gana las elecciones y toma protesta el 20 de enero como presidente para un periodo de 4 años. Cabe mencionar que son elecciones comúnmente conocidas como “Winner takes all”, es decir donde el “ganador se lleva todo” es decir si un candidato ganó aunque sea por un estrecho margen en California, ese candidato se lleva TODOS LOS 55 VOTOS ELECTORALES y el perdedor se lleva CERO. Entonces los candidatos se enfocan en “ganar estados”.

Hay los conocidos “Blue States” es decir estados que usualmente suelen votar por el partido demócrata, como California, Oregon y Massachusetts. Por el otro lado, están los llamados “Red States” que son los estados que normalmente suelen votar por el partido republicano, cómo Texas, Alabama y Kansas. Por último tenemos a los “Swing States” o estados columpio, y ahí es donde se pone más interesante, ya que son los que pueden ser ganados por cualquier candidato y que en el pasado los han ganado tanto demócratas como republicanos, por mencionar algunos como Ohio, Florida, Pennsylvania o Wisconsin. Por ejemplo en 2008 y 2012 Barack Obama ganó Florida (27 votos electorales), Ohio (20 votos electorales), Pennsylvania (21 votos electorales) y Wisconsin (10 votos electorales). Todos esos estados los ganó Donald Trump en 2016. Ambos terminaron tomando protesta como presidente. Es por eso que en esos estados se ganan o se pierden las elecciones, ahí es donde los candidatos hacen sus mayores eventos de campañas y destinan la mayor cantidad de publicidad.

Hoy en día en los Estados Unidos solamente hay dos partidos mayoritarios, demócratas y republicanos, por eso siempre alguien llega a los 270 votos electorales necesarios para ganar las elecciones. Pero que pasaría si hubiera un tercer candidato, de algún otro partido o independiente, que ganara los suficientes votos electorales para que nadie llegara al mágico número de 270? Afortunadamente este caso también lo prevé la Constitución.

Para ponerlo más ameno, tomemos el ejemplo de la serie de televisión “House of Cards”. En la 5ta temporada el Presidente Frank Underwood (interpretado magistralmente por Kevin Spacey) enfrenta una dura reelección en contra de Will Conway, el candidato republicano. El día de las elecciones, Frank ve que es muy posible que pierda y debido a eso, con ayuda de su jefe de gabinete, urden un plan de extorsión, supresión del voto, falsas amenazas terroristas, llamadas presionando a los gobernadores. De esta manera logra que Ohio y Tennessee no puedan certificar las elecciones y entonces sucede algo que, si sucedería hoy en la vida real, causaría revuelo. Si eso pasa y apegándose a la 12va enmienda, la Cámara de los Representantes (Camara baja) deberá votar para elegir al Presidente, mientras el Senado deberá votar para elegir al Vicepresidente. Que en el caso de Frank Underwood, su candidata a Vicepresidente, casualmente (es decir nepotismo) es su esposa Claire. Para que vea estimado lector, que no todos los republicanos son tan malos, ni todos los demócratas son tan buenos, como solemos pensar en estos tiempos. Si quiere saber cómo se resuelve esto en House of Cards no dude en verla en Netflix.

Hay muchos argumentos a favor y en contra del colegio electoral. Como el que le da demasiado poder a estados pequeños que si fuera elecciones mediante voto popular, por el otro lado, serían completamente olvidados. Sin embargo lo más controversial de todo este proceso, como siempre, suelen ser los resultados. Aunque rara vez suceda, ha habido ocasiones donde el candidato que ganó el voto popular pierde en los votos electorales. En la elección más cerrada, en noviembre del 2000, Al Gore, ganó el voto popular por más de medio millón de votos, pero consiguió 267 votos electorales mientras que George W Bush al ganar Florida, obtuvo 271. Como paréntesis, la elección en Florida estuvo sumamente cerrada, por un momento las cadenas televisas habían declarado el estado para Al Gore, luego se retractaron, luego lo declararon para George W Bush, luego se retractaron. Esto llevo a una enorme confusión, el país se durmió sin saber quién sería el siguiente presidente. La secretaria de estado de Florida, certificó la elección y los votos electorales para el candidato republicano George W Bush. Bush ganó Florida por 537 votos, es decir por un margen de solo 0.009%. Un margen tan estrechó que la Suprema Corte de Florida ordenó un recuento de votos. Pero en una votación de 5 contra 4, La Suprema Corte de los Estados Unidos declaró inconstitucional el recuento, otorgándole a Bush los 25 votos electorales de Florida. Todo esto se extendió hasta el 12 de diciembre de 2000, es decir hubo una incertidumbre de 5 semanas por conocer al ganador. Al Gore reconoció la decisión de la Suprema Corte y George W Bush tomó protesta como el 43ro Presidente de los Estados Unidos. Así es, en un país de más de 300 millones de habitantes, 537 votos marcaron la diferencia. Por si le interesa estimado lector, hay una película sobre todo lo de la elección del 2000. Se llama “Recount” y es protagonizada (nuevamente) por Kevin Spacey.

Otro caso más reciente y no tan dramático fue el Donald Trump vs Hillary Clinton. Hillary ganó el voto popular pero sin lugar a dudas perdió en los estados claves y por subsecuente en el colegio electoral.

Hay muchos políticos a favor y en contra del colegio electoral. Y aunque pudiera parecer que lo más sensato y lo que la gente apoyaría sería cambiar a unas elecciones presidenciales mediante el voto popular, considero que no hay voluntad política de ambos partidos políticos por modificar la constitución. Algo muy parecido a “la segunda vuelta electoral” tan necesaria en Mexico. Y aunque al parecer pudiera ser un método un poco injusto, sin lugar a dudas, es sumamente emocionante la noche de las elecciones. Estoy seguro que el próximo martes 3 de noviembre cuando Donald Trump y Joe Biden se enfrenten, será igual o hasta más emocionante.