Cambio en el perfil de la deuda externa podría traer beneficios sustanciales
La emisión de un bono de referencia a 50 años por un monto de 3 mil millones de pesos en el mercado de Formosa en Taiwán ha sido una de las acciones del gobierno mexicano más comentadas en las esferas especializadas de la economía. Ante este acontecimiento, el Mtro. José Antonio Hernández Reyes, profesor-investigador del Centro de Ciencias Económicas y Administrativas (CCEA) de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), ha extendido una serie de comentarios para comprender la relevancia e implicaciones de esta emisión.
En primera instancia, es importante comprender que los gobiernos trabajan bajo principios de administración similares a los de las empresas privadas. En este ámbito, la adquisición de deuda por medio de la colocación de bonos es una práctica habitual que permite obtener recursos para hacer frente a los compromisos con los diferentes sectores, así como para impulsar los gastos operativos que involucran los distintos proyectos que planea una administración.
Por lo tanto, desde una perspectiva gubernamental, la colocación de un bono debe entenderse como una herramienta para obtener recursos que permitan hacer frente a deudas y compromisos adquiridos durante sexenios anteriores; sin embargo, en esta ocasión destaca el cambio en el perfil de esta deuda, pues gracias a la buena calificación que México ha recibido por parte de distintos entes evaluadores, se ha accedido a una tasa de rendimiento del 3.75 por ciento. De este modo, existe la posibilidad de mejorar sustancialmente las condiciones de pago en comparación con los compromisos que se verán liquidados con este recurso.
De acuerdo con el Mtro. Hernández Reyes, estas evaluaciones favorables se deben, principalmente, a la fortaleza que ha demostrado la moneda nacional frente al dólar, al lograr un repunte en su valor y mostrar una estabilidad importante, de ahí que ante los ojos de potenciales inversionistas extranjeros, estas características resulten muy llamativas.
Entre las implicaciones de modificar el perfil de la deuda externa adquirida por el gobierno de México, afirmó el académico, resalta la baja presión en términos cambiarios que tendrá la balanza de pagos mexicana derivado de la disminución del porcentaje de rendimiento que deberá de ser cubierto. Este hecho podría verse reflejado en una mejor valoración de la moneda nacional en el extranjero y, con ello, un beneficio al poder adquisitivo de los habitantes del país, en virtud de la revaloración de las importaciones.
El Mtro. Hernández Reyes también se refirió al plazo, que se da en una longitud tal que implica un aumento en la confianza de los inversionistas. Aunado a lo anterior, la incursión en el mercado de Taiwán abre la puerta a la participación financiera con nuevas entidades y potencializa a México como un sitio para la inversión de posibles nuevos socios comerciales.
Finalmente, el docente adscrito al departamento de economía de la UAA, invitó a la población en general a que se interesen por las noticias en materia económica, pues información como la reciente adquisición de deuda externa puede ser fácilmente interpretada de forma negativa; sin embargo, tras un análisis detallado, constatamos que este acontecimiento tiene más beneficios que perjuicios.