Los tigres gordos del Amazonas
A Don Aurelio Atayde, un ejemplo de creatividad e ingenio.
Parte 1. La llegada
Era domingo muy temprano y un perifoneo sorprendió a los vecinos, éste anunciaba la llegada del Circo Aurelio Atayde a la comunidad de La Congoja en el municipio de San José de Gracia.
Niñas y niños, en la cancha de fut, «Ya viene el único circo con animales ¡Compren aquí sus boletos!, anunciaba la camioneta Ford 88 color azul con un par de bocinas en el toldo, en las puertas un cartel que mostraba a una bailarina que montando un caballo sostenía una bandera que decía: Adultos $50, Niños $25 y Fotos con los Tigres Gordos del Amazonas $10.
La camioneta circuló por todos los rincones de la comunidad, de donde empieza la Sierra Fría hasta la carretera que viene de la cabecera. Todos estaban enterados, habría un circo con animales en el pueblo.
Cabe destacar que esto ocurría a la mitad de la implementación de una Ley que prohibía los animales en el circo.
Sobre dicha Ley, en la Congoja se enteraron por unos carteles que un representante del Partido Verde colocó en la puerta de la tienda, era negro con letras blancas toscas y grandes que decía “No más circo con animales gracias a tus legisladores del Partido Verde”.
La gente no lo podía creer, incluso discutían sobre si esto fuera una mentira ¿Qué no habían prohibido a los animales en el circo? ¿Cómo eran los Tigres Gordos del Amazonas?
Ese mismo domingo, el señor cura, que estaba molesto por tanto ruido del perifoneo, en la misa dominical habló sobre la importancia de mantenerse firmes en la voluntad de Dios, que las tentaciones de la ciudad como un circo con animales no contaminaran el camino recto de la oración. Advirtió que en esas funciones no sólo torturan a los animales, que también son criaturas del señor, con látigos y picos; también bailarían mujeres con poca ropa, así que llamó a las señoras a que cuidaran los espectáculos que ven sus hijos y maridos, que todo es un pretexto para perder el camino de la fe.
Don Pedro, hombre respetado en la comunidad y dueño de la tienda, inmediatamente llamó a las autoridades para levantar una denuncia, misma que no pudieron atender porque en el 066 sólo reciben llamadas de emergencia y por alguna razón, lo canalizaron a las oficinas de la SEMARNAT, ahí no tomaron porque los domingos no trabajan, así que terminó comunicándose a las oficias del Partido Verde en la capital. Una secretaria que estaba terminando un reporte tomó el recado, y dijo que en breve cualquier representante del Partido le daría seguimiento, lo felicitaron por su contribución al movimiento.
Doña Hortensia, que no estaba nada conforme con que llegara un circo de bailarinas a su comunidad, mandó a su hijo a sacar una foto con su celular a la camioneta para que la subiera a las redes sociales y así, las autoridades impidieran que llegara ese Circo.
La señora Hortensia razonó de esta manera porque había escuchado en el programa de Pepe Morales que las Redes Sociales son la nueva herramienta de comunicación de las protestas y las denuncias ciudadanas, esto después de que el comunicador promoviera su nueva página Twitter en una estación de radio de la capital.
Manuel, el hijo de 14 años sacó la foto, la subió a su Facebook pero también compró dos boletos, eran para él y su primo Alfredo. El mensaje decía: CONGOJA PLEBES VIENE EL CIRCO CON TIGRES GORDOS DEL AMAZONAZ Y BAILARINAXXX, PONGANSE TRUCHAS…. AMOS!!!!!!!!. Los pocos adolescentes que tenían cuentas en esta red social la compartieron, incluso etiquetaron a sus amigos y parientes de Aguascalientes. El joven nunca mostró a su mamá el post de su muro.
Derivado de esto, se enteró un grupo de 50 activistas ecologistas, así que a la mañana siguiente no dudaron en trasladarse rápidamente a La Congoja para protestar en contra del hecho, llevaron algunas cartulinas con frases en contra de la instalación del Circo. Uno de ellos se caracterizó de tigre, se encerró en una jaula simulada y se colocó en la explanada en donde sería la instalación del Aurelio Atayde. Los demás comenzaron a recaudar firmas para impedir que se instalaran.
La noticia de que había un grupo de ecologistas protestando en La Congoja se convirtió rápidamente en una noticia atractiva para la prensa.
Así, enviaron a algunos reporteros para cubrir la noticia ¿De qué se trataban este circo que ofrecía fotografías con los Tigres Gordos del Amazonas? También presumía que «era el único circo con animales».
Algunos cronistas escribieron sobre la alternativa de que el circo tuviera algún tipo de amparo o permiso especial ¿Quién era Aurelio Atayde?
Don Jorge, el chofer de la camioneta que vendía los boletos, hombre de pocas palabras, no soltaba información, cuando un reportero o un activista le preguntaba por el teléfono de su patrón o si los Tigres Gordos del Amazonas sufrían maltrato animal, contestaba que no sabía, que a él lo habían contratado exclusivamente para vender los boletos y perifonear en la zona, que no pertenecía directamente al Circo; que si alguno necesitaba mayores datos, que se esperaran a que llegaran y que ya venía en camino desde Celaya, Guanajuato.
No había mucha nota que cubrir más que la colecta de formas de los ambientalistas, el permiso ya otorgado del Ayuntamiento, las declaraciones del cura, opiniones de las señoras o entrevistas expresas a los funcionarios de Partido Verde. Habría que esperar.
Georges Seurat (French, 1859–1891). Función de Circo (Parade de cirque), 1887–88. Óleo sobre lienzo. The Metropolitan Museum of Art, legado de Stephen C. Clark, 1960 (61.101.17)
Parte 2. La fantasía
…El Palíque Político de hoy, se enteró que no hay un permiso otorgado para trabajar con animales en el Circo Aurelio Atayde. Sería un delito que en la Congoja hubiera un Circo con animales. Aún no hay declaraciones de Aurelio Atayde, un trabajador suyo afirmó que viene de la ciudad de Celaya y que arribará hoy por la noche a La Congoja, comunidad ubicada al norte de nuestro estado en los pies de la Sierra Fría…
Como un grito de guerra, lo anterior salió publicado en la editorial de un medio de la capital. Si en un principio eran 50 activistas, llegaron más de 200 de todo el país ese mismo día. Algunos arribaron en vehículos propios, otros en camiones prestados. El punto de reunión fue la Plaza Principal, ahí empezarían las protestas. Algo nunca visto por los habitantes de la zona.
Las autoridades desde muy temprano montaron dos retenes, uno en la entrada a San José de Gracia y otro a 500 metros de las canchas de futbol de la Congoja, esto para impedir el paso de cualquier tipo de animal salvaje, según el reporte. También para ofrecer a los activistas visitantes servicios de atención médica sólo y en caso que fueran atacados por cualquier animal salvaje. Además, se armaron de jaulas, redes especiales, pistolas con dardos tranquilizantes. Establecieron un campamento para mantener rondines nocturnos de vigilancia.
Para contribuir con los esfuerzos de la ciudadanía y las autoridades, el señor Cura invitó a los cuatro grupos de oración a que estuvieran atentos por si veían a cualquier animal salvaje suelto por la calle como tigres, jirafas o changos. Si esto ocurría, que inmediatamente se comunicaran al campamento de las autoridades o a la Notaria Parroquial.
Mientras tanto, Don Jorge, también conocido como El Chino Vueltas, el chofer, había agotado todos los paquetes de boletos que le habían dado a vender, aquello representaba un lleno seguro de por lo menos 20 días de estancia en la comunidad. De hecho y en complicidad con algunos adolescentes, estaba revendiendo los boletos al triple de su precio, la gente seguía comprando.
Parte 3. El circo llegaba por la noche.
La Congoja queda en la parte alta de San José de Gracia, de modo que desde algunos puntos de la entrada se puede ver la carretera.
Fue por la noche que el Aurelio Atayde iba llegando, Eran 9 camiones con luces leds a los costados y rótulos bien iluminados que mostraban a bailarinas montando elefantes y leones. El camión que iba a la cabeza tenía algunos altavoces que anunciaban la llegada del circo a la comunidad.
Ya llegó, ya está aquí el Circo Aurelio Atayde (rugido de tigre), si ya compraste tus boletos ven a la función y conoce a los Tigres Gordos del Amazonas. La voz iba acompañada por percusiones africanas como música de fondo.
Un vehículo marca Atos 2007 color amarillo con bocinas también instaladas en el techo se adelantó al contingente para llegar a la plaza y desde ahí, avisarle a toda la comunidad a la mañana siguiente estaría listo el circo. Eran las nueve de la noche.
Atónitos, los más de 200 ambientalistas vieron cómo se acercaba el Circo, no podían creer que no los hubieran detenido en el primer retén como se los afirmó un funcionario en el grupo del change.org “Basta de la violencia animal en La Congoja”.
Así es la corrupción en México, dijeron varios como justificación ante el hecho. Ante esto, comenzaron a prepararse para ir a las canchas de futbol a impedir la instalación del circo, ya tenían todo listo, incluso un grupo de ellos saldría en el noticiero de Cable Canal la mañana siguiente.
Así, el contingente del circo arribó al segundo retén. En las canchas se dieron cita todos, entre activistas, grupos de oración, autoridades ejidales, curiosos y adolescentes, eran alrededor de 500 personas.
La multitud, toda en silencio y observando la operación del segundo retén.
En el imaginario colectivo todos esperaban que se abrieran los camiones y sacaran de ahí a los tigres Gordos del Amazonas, quizá algunas bailarinas con grilletes.
Si los dejaran pasar y arrestaran a todos los que venían en el Circo, los más religiosos se sentirían liberados y tendrían cuentas con qué rendirle al Señor Cura; Los curiosos podrían sacarse fotos o ser protagonistas de un suceso poco común, muchos lo comentarían por años; Los activistas ya cohesionados con otro triunfo irían a otra parte. La autoridad estaba lista para evitar cualquier conflicto armado, el comisario ejidal solicitó apoyo de la Policía Estatal y ahí estaban, listos para cualquier contingente.
Todos tenían una razón para estar observando y en silencio.
Pasó el primer camión, no encontraron nada. Del segundo al séptimo pura utilería ¿En dónde estaban las jaulas?.
Octavo camión, en la caja un taller mecánico perfectamente bien ensamblado, con máquinas de corte, soldadoras, cableado, etcétera. Incluso un ingeniero iba de copiloto.
Todos una vez pasado el retén comenzaron a estacionarse en las canchas de futbol y la gente, escéptica se acercaba a ellos buscando cualquier resto de bestia o escondite en donde hubiera cualquier muestra de tigre.
En el décimo camión, quienes no perdieron de vista al retén estaban sorprendidos, las autoridades comenzaron a gritarse unos a otros enfurecidos y ordenando levantar el campamento. Corrían de una lado a otro hablando por teléfono.
La multitud no entendía qué pasaba, no comprendían porqué levantaban el campamento los guardias y qué los había molestado tanto. Un joven se acercó a ellos y preguntó por las bailarinas y los tigres ¿En dónde están? No hubo respuesta, para ese momento la indicación era no hablar con los civiles.
Después de una hora al fin dejaron pasar al último tráiler. Quienes no se desesperaron y se fueron, se acercaron al chofer ¿En dónde están los Tigres? Preguntaron casi al mismo tiempo.
Ahí los traigo, jefe, son dos robots de 5 metros que construyó mi patrón, mañana dese una vueltecita para que los vea, se ven como de a de veras.