De ociosidad, arte y otros vicios: Un año más vieja, pero no más sabia

Por Diana Gómez Carrillo

“Mi plan es envejecer sin dignidad”
Joaquín Sabina

Mi cumpleaños 39 se aproxima y eso me provoca júbilo y expectación. Soy persona de fechas, y las aprovecho para hacer un balance general de cómo van las cosas. Así que a pocos días de mi aniversario de existencia, y a manera de auto celebración, quiero compartir las conclusiones de este año:

  1. Cada día, creo más en Dios, pero menos en las religiones. Ni siquiera en esas formas menores de religión como el ecologismo, el yoga, el animalismo, la vida fitness, la astrología o las ceremonias de ayahuasca.
  2. Mis pasatiempos son los mismos, pero mi modo de vivirlos es distinto. Ya no soy una lectora voraz y disciplinada; ahora soy una lectora hedonista: leo varios libros simultáneamente, mismos que elijo según mi estado de ánimo; regreso a leer mis propios clásicos y si una historia no me atrapa, la dejo inconclusa. He vuelto a tener la paciencia de ver series. Prefiero una tarde de toros a una tarde de cine; y una caminata por cualquier ciudad a un fin de playa.
  3. Sigo siendo ferviente apasionada de la comida y la bebida; así que en aras de la salud, hice un pacto, este nuevo año me permitiré seguir comiendo por el mero placer, sin importar colesterol, triglicéridos y ácido úrico. En los cuarentas, tendré que cambiar mis hábitos.
  4. Ahora sé que mi bebida alcohólica favorita es la cerveza: refrescante, combina con todos los alimentos y no me genera tres días de cruda y cansancio. El vino y destilados los reservo para ocasiones especiales.
  5. Tengo manías que denotan cierta apatía, pero que me causan gran placer y no pretendo cambiar: el dormir en una cama king con muchas almohadas para mi solita; el despertar y que el café con el que inicio mi día lo beba en absoluto e insondable silencio; el no contestar llamadas y preferir los audios o mensajes de texto; y que haya días en los que no tenga que quitarme la pijama.
  6. Me molestan las posturas radicales, las prohibiciones, la extrema izquierda, la ultraderecha y los fanatismos ideológicos (incluyendo los propios). Tengo la convicción de que las ideas solo son eso, que la vida es cambio y que mañana puedo modificar mi parecer, según mis circunstancias.
  7. Afortunadamente la vida da muchas vueltas, hace cinco años me veía predestinada y estancada. Hoy tengo nuevas actividades, infinitas posibilidades y personas que me llenan de alegría el corazón, ejemplo de ello es esta columna.
  8. Hogar, es donde esté mi hija. Fortaleza, es mi familia.
  9. Cada persona que forma parte de mi vida es una elección y por ende, un tesoro; es gente que amo, admiro, confío y que además, tengo la fortuna de saber que están para mí de ser necesario.
  10. En pandemia me enteré lo mucho que me gusta abrazar, pero abrazar de verdad, abrazos largos y apachurrados. Aprendí que el contacto físico es sanador.
  11. Esta etapa me parece una segunda adolescencia (pero con dolores musculares y adicción al omeprazol), me descubro con todo el entusiasmo de aprender y vivir nuevas experiencias. Me emocionan más las dudas que las certezas. No tengo un rumbo ni quiero tenerlo. Creo en el futuro con todo lo que venga en él. Sin duda, soy un año más vieja, pero no más sabia.