Han pasado 3 elecciones presidenciales en los últimos 15 años y las formas de comunicar son muy distintas, aunque el lenguaje sigue siendo el mismo: la retórica, la hermenéutica.
Desde la década de los 2000, la irrupción del internet, probablemente ha provocado el más grande cambio en la manera de hacer política en México. Pero no es hasta el sexenio de Enrique Peña Nieto, (2012-2018) cuando las redes sociales permiten agregar un ingrediente que no estaba presente: la retroalimentación, por la cual el pueblo y las masas dejaron de ser expectantes para así abandonar la pantomima y el anonimato social que representaba la televisión, para pasar a tener voz y despertar la conciencia colectiva.
Es así como la política comenzó a ser un tema analizado y protagonizado por el pueblo mismo, ya no en las sobremesas en los hogares, en reuniones sociales, pláticas en la escuela o el trabajo; sino en un espacio en donde sin importar la hora, el lugar o la preferencia política, todos podemos participar.
Ésa es la transformación que estamos viviendo ahora, los medios hegemónicos: Televisa, TV Azteca, y con ellos sus columnistas, conductores de noticieros y opinólogos, tuvieron que ceder ante la apertura de espacios y el surgimiento de nuevos periodistas.
Con el tiempo se les dejó de llamar líderes de opinión, y pasaron a ser meros comunicadores de la política, portavoces del status quo.
Lo que tenemos ahora es al presidente todas las mañanas dando información y cifras oficiales sobre los principales temas como la seguridad, economía, y salud por ejemplo, podemos debatir por supuesto qué tanto gusta o no este formato, si la duración es extensa o el objetivo de la misma se va perdiendo conforme avanza la sesión, pero lo que no podemos negar es la penetración y el alcance de la comunicación que tiene el gobierno actual hacía la población y las audiencias.
Hoy tenemos una democracia a nivel del periodismo, con distintas opciones para formar opinión pública, desde páginas de Facebook, canales de YouTube y en todos ellos, hay expertos de la comunicación ejerciendo su derecho a la libre expresión; cada quien elije a su favorito.
Nos vemos el próximo número.
Danny Barrera
Educado en una familia humilde y noble, activista político, voluntario durante el sismo en México en el 2017, líder de La Chinaca Aguascalientes y miembro activo del colectivo La Familia 18era.
Simpatizante de la izquierda y del pueblo, pero como dijo Helguera: eso no me prohíbe decir cuando éste gobierno la riega.
Sobre el autor
Educado en una familia humilde y noble, activista político, voluntario durante el sismo en México en el 2017, líder de La Chinaca Aguascalientes y miembro activo del colectivo La Familia 18era. Simpatizante de la izquierda y del pueblo, pero como dijo Helguera: eso no me prohíbe decir cuando éste gobierno la riega.
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