Aguascalientes Opina del 16/12/24
El divorcio financiero que enfrenta México con los inversores extranjeros, por cuarto mes consecutivo, es una señal preocupante para el panorama económico del país. Noviembre cerró con una fuga de capital de 495 millones de dólares de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), lo que eleva el total retirado en 2024 a 4 mil 699 millones de dólares. En un contexto de volatilidad global y tensión política, esta cifra no solo representa una preocupación para los mercados financieros, sino también un llamado de atención sobre las estrategias económicas del país.
Las razones de esta desbandada son complejas y multifacéticas. Entre ellas destacan el comportamiento del tipo de cambio, que sigue siendo impredecible, y el espectro de incertidumbre que proyecta el retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Las amenazas de nuevas guerras comerciales y aranceles también han contribuido a este clima de tensión, dejando a los inversores internacionales en un estado de constante alerta. La caída del 13.2% en el S&P/BMV IPC en lo que va del año es una prueba contundente de que la confianza en el mercado mexicano ha flaqueado, dejando a más de un inversor «mordiendo sus calculadoras» en busca de soluciones.
En contraste con este escenario desalentador, el estado de Aguascalientes parece nadar contra corriente. El gobierno local, encabezado por Tere Jiménez, ha anunciado con orgullo la concreción de 27 proyectos de inversión que representan más de 17 mil 500 millones de pesos durante 2024. Empresas como Bosch, Edgewell, Minth y Continental han decidido establecerse en esta entidad, lo que consolida a Aguascalientes como un éxito aislado dentro de un panorama nacional sombrío. Este éxito local no solo destaca por su magnitud, sino también por la confianza que genera entre inversores extranjeros en tiempos de incertidumbre.
Sin embargo, la pregunta del millón es: ¿qué tan sostenible es este modelo de atracción de inversiones? A medida que 2025 se asoma con los nubarrones del «futuro trumpista», las políticas locales de Aguascalientes serán puestas a prueba. ¿Quiénes serán los operadores clave de la gobernadora que se aventuren más allá de las fronteras para atraer y asegurar nuevas inversiones en un entorno global más competitivo y potencialmente hostil? La tarea no es sencilla, pero parece que Aguascalientes está decidido a construir una narrativa de éxito que contraste con los desafíos nacionales.
Mientras tanto, la economía mexicana enfrenta un reto dual: recuperar la confianza de los inversores extranjeros y diversificar sus fuentes de ingreso para no depender exclusivamente de las relaciones comerciales con Estados Unidos. En un mundo donde las decisiones de inversión están cada vez más influenciadas por la política y la geopolítica, la estabilidad interna y la capacidad de innovación económica serán clave para revertir esta fuga de capitales.
En conclusión, 2024 ha sido un año de claroscuros para México: un mercado financiero tambaleante frente a historias de éxito locales como la de Aguascalientes. Si bien el panorama nacional no pinta optimista, las estrategias locales exitosas podrían ser un faro de esperanza en un horizonte incierto. Pero la cuestión persiste: ¿será suficiente?
Al tiempo… y a su opinión.
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