Libres de plástico parques naturales de latinoamérica
Pese a la pandemia, los residuos no dejan de crecer, El Caribe es el segundo más contaminado de plásticos en todo el mundo y la ONU estima que para el año 2050 habrá más plástico que peces en el océano. Ante esto, diversos gobiernos han desarrollado una legislación que prohíbe la utilización de plásticos de un solo uso.
En Argentina, el 10 de junio se ordenó la reducción progresiva y la prohibición de plásticos de un solo uso en las áreas protegidas de ese país, de manera que repercuta en 35 parques naturales, los que tendrán un plazo de seis meses para adaptarse a la reglamentación una vez se dé la reanudación de actividades al público.
En Colombia, el uso de plásticos está prohibido en todos los parques naturales como lo son el Parque Sierra Nevada de Santa Marta y Parque Nacional Natural Gorgona el uso de plásticos desde el mes de abril, de manera que quedan fuera las bolsas, envases, botellas, vasos, platos, popotes, bandejas y cubiertos de plásticos de un solo uso.
Dicha medida aporta ventajas debido a que una de las grandes causas de los incendios accidentales es la quema descontrolada de residuos, con lo que así se eliminará este material en los vertederos que puede prevenir incendios.
El profesor de Políticas Medioambientales del Instituto de Empresa cuestiona la facilidad de esta aplicación en países de dependencia turística, como lo es México y en áreas donde habitan pueblos indígenas.
Tatiana Céspedes, quien es vocera del área de campañas de Greenpeace Colombia, abogó por una extensión de la regulación en todo el país por el aumento de la producción y venta de plásticos de un solo uso durante los últimos años.
“En 2018, Colombia produjo 90 mil toneladas de bolsas plásticas, 2 mil toneladas de pitillos y 23 mil toneladas de tapas plásticas. Colombia genera unos 12 millones de toneladas de residuos sólidos al año y solo recicla 17%. Es preocupante saber que el 83% restante va a parar a nuestros ecosistemas como los océanos y manglares”.
Además de que aboga por un mayor compromiso de los países con un modelo que vaya más allá de la implementación de leyes. “Deben invertir en soluciones de raíz a problema, reemplazar lo desechable por sistemas sostenibles como el reuso y exigir una responsabilidad de las corporaciones y de los gobiernos”, afirmó recordando que “es alarmante saber que en tan solo 10 países latinoamericanos han generado mecanismos legales para la prohibición de plásticos de un solo uso”.