Sectas criminales y su presencia en el cine
Como cada martes, en el programa «Los huérfanos de Don Gus» conducido por Diego de Alba y Enrique Pimentel, editores del medio Crisol Hoy, contaron con la participación del colaborador y cinéfilo, Ignacio Diego González, para abordar temas sobre sectas y películas que hacen referencia a los actos que se realizan dentro de ellas. El programa fue transmitido a través de sus redes sociales con la colaboración con A Opinión Magacín.
Ojos bien cerrados, la última película de Stanley Kubrick retrata las nuevas relaciones de pareja desde un modo psicológico y emocional, cuestiona si la fidelidad es física o ideológica y las acciones que se pueden desencadenar por la desesperación: la integración en una secta.
Las sectas son sociedades secretas donde todos sus integrantes tienen un sentimiento común: sentido de pertenencia de un grupo selecto para obtener algo en particular: poder, dinero, influencia o estatus social.
Durante el último siglo se han desarrollado y visibilizado más sociedades secretas que concluyen trágicamente como:
Secta del Templo del pueblo, del pastor Jim Jones en Indiana, 1970.
Reconocida como el mayor suicidio colectivo de más 900 personas de la historia, Guyana.
La familia Manson, que convenció a miles de jóvenes en los años 60, bajo el ideal de paz y no violencia que se vivía por las guerras en Estados Unidos. Charles Manson logró captar la atención de miles de hippies que reclutó para después matar a la actriz Sharon Tate y otras 7 personas.
La secta japonesa, La verdad Suprema, liderada por Shōkō Asahara, quien se manifestaba como el iluminado después de Buda, con creencias hinduistas y cristianas tuvo una gran aprobación para posteriormente caer en el terrorismo con el atentado en un metro de Japón en 1994.
Secta Moon, surgida en Corea del Sur, movimiento multireligioso que traspasó fronteras que tenía diferentes ingresos comerciales; y Secta Puerta del Cielo, que en 1997 esperaba la llegada de los ovnis, y también derivó en un suicidio colectivo.
La secta de los narcosatanicos surgió en Tamaulipas, al norte del país en la década de los 90. El líder Adolfo Constanzo convenció de hacer sacrificios sanguinarios con mujeres jóvenes y canibalismo para alimentar a sus dioses diabólicos. se calificó criminal por ser traficantes de drogas.
La actual secta masónica, es reconocida porque sus templos se encuentran en todas las ciudades y algunos son de acceso público. En ella, han participado diversos presidentes mexicanos con el ideal liberal, dejando atrás el centralismo y el poder conservador de la iglesia católica a lo largo de los años. Se ha buscado enfocarse en ciencia, arte, cultura y tecnología, así como desarrollo espiritual, emocional y personal.
Otra institución secreta que ha buscado el desarrollo personal ha sido NXIVM, creada por Keith Raniere, sin embargo han existido escándalos por la participación de políticos mexicanos y las acusaciones de víctimas de la secta.
Legionarios de Cristo, de Marcial Marciel atacó a más de 60 niños y hace unas semanas, la congregación publicó un informe donde reconocen que 27 sacerdotes atacaron a más 170 víctimas dentro de esta secta.
Los conductores señalaron la alta capacidad de los líderes de las sectas para conectar y comunicarse con algún sector que comparte los mismos ideales, su nivel de convencimiento que ha sido estudiado para negocios y ventas; aunque también acusaron la injusticia al proteger actos de corrupción dentro de la organización y no sentenciar, simplemente delegar a los responsables hacia otra institución en otro estado o país como en el caso de los Legionarios de Cristo.
Asimismo, hablaron de la película «En primera plana» ganadora de un premio Óscar en 2015, por exhibir el trabajo de periodismo de investigación de el periódico The Boston Globe sobre la pederastia que azotaba en Estados Unidos y que después se descubrió en Latinoamérica y terminó con escándalos en el Vaticano que protegió el Papa Juan Pablo II.
Recalcaron que las analogías de las películas para hacer mención de estos grupos son trascendentales y hasta peligrosas por el nivel de secretismo que manejan, aunque eso les permite ser reconocidas y permiten comunicar a la sociedad sobre otras realidades.
Finalmente, destacaron que no hay que criminalizar a personas o figuras públicas que han convivido de manera esporádica con estos grupos si no existen pruebas de que han cometido algún delito, esto debido a los rumores que han crecido de actuales candidatos y que probablemente, sean una estrategia para desprestigiar.
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