La realidad de las migrantes: prostitución, trata de personas y secuestro
Las mujeres migrantes que llegan a México enfrentan una exposición a ser víctimas de la explotación sexual por el crimen organizado e incluso por la misma sociedad.
El reto para muchos extranjeros es no ser vulnerables, sin embargo, las nulas redes de ayuda, la delincuencia y la ausencia de conocidos permite que el país no sea un lugar digno, sobre todo para las mujeres que representan el 68% de la trata de personas en los burdeles, hoteles e incluso pornografía.
En 2020, el Instituto Nacional de Migración (INM) con ayuda de personal especializado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), reportó que de 2018 a 2019, rescataron a 51 mujeres víctimas de redes con fines de esclavitud, tráfico de órganos, trabajo forzado y explotación sexual; e identificaron a 601 migrantes que sufrieron delitos generales en su estancia en México.
De esta problemática, se distinguió que el 45% de las mujeres afectadas fueron guatemaltecas, 19.6% hondureñas y 15.7% colombianas; además Amnistía Internacional enfatizó que seis de cada 10 (con una mayoría de centroamericanas) han sufrido acoso, violación o abuso sexual.
México es reconocido por ser un país donde rige la impunidad, no visibiliza la magnitud de las problemáticas para sus habitantes, y los migrantes son completamente ignorados a pesar de que el artículo 75 de la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas respalde su proceso legal, sin embargo, carecen de protección durante su estancia en el territorio mexicano.