De ociosidad, arte y otros vicios: Un año más vieja, pero no más sabia
Mi cumpleaños 39 se aproxima y eso me provoca júbilo y expectación. Soy persona de fechas, y las aprovecho para hacer un balance general de cómo van las cosas.
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Mi cumpleaños 39 se aproxima y eso me provoca júbilo y expectación. Soy persona de fechas, y las aprovecho para hacer un balance general de cómo van las cosas.
Somos una generación que crecimos en búsqueda de libertades y en concreto, buscábamos con ahínco la libertad de expresión, pues el régimen hegemónico en el que crecieron nuestros padres y abuelos, se trataba de un sistema que aniquilaba cualquier manifestación de pensamiento
Era mi cumpleaños número 36, un cumpleaños por demás difícil en el que atravesaba una separación, estaba en convalecencia con un pie roto y al no poder cuidar de mi hija, estaba lejos de ella; en un afán de animarme, hasta mi cama llegaron los festejos y por supuesto, los regalos; entre ellos llegó “La Mujer del Pelo Rojo” de Orhan Pamuk, autor turco Nobel de Literatura en 2006, desconocido para mí hasta ese momento.
Creo que nací en un hogar mexicano muy tradicional, la música que escuchaban mis papás en mi infancia era la de Sandro, José José, Rocío Dúrcal, Raphael, Camilo Sesto, Rocío Jurado y similares de la época; no obstante, tengo el vívido recuerdo del día en que mi papá llegó a casa con el nuevo aparato…
Hablar de maternidad siempre resulta complicado, pues se trata de un tema ocioso para quien lo aborda, pues todo se ha dicho desde todos los ángulos posibles; desde la poesía, la escultura, la literatura e incluso desde las ópticas científicas como la antropología, la psicología, la biología y un largo etcétera; es por ello que es muy fácil caer en lugares comunes, clichés y hasta en frases cursis que parece han sido copiadas del calendario.
Desde hace muchos años, mis abriles son el mes de la mítica Chavela; pues fue un 17 de abril del año 1919, cuando en Costa Rica, nace Isabel Vargas Lizano; pero no fue sino hasta 17 años después, que huyendo del país que la vio nacer, llega a México y ahí es donde nace nuestra Chavela Vargas, apodada La Chamana, porque tenía el poder de curar con su voz.
El lunes próximo anterior, el Congreso de Nuevo León designó a la tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, sin duda una noticia para celebrar; no obstante, celebro con mayor entusiasmo que Aguascalientes la haya declarado de la misma forma desde la administración del Ing. Carlos Lozano de la Torre en 2011, quien sensible ante la tradición taurina del hidrocálido, blindó a nuestra Fiesta Brava ante los diversos ataques de los partidos políticos que con fines más electoreros que legítimos, se han subido a la ola de los auto proclamados animalistas, buscando la abolición del toreo en la entidad y con ello, contribuyendo a la desaparición del toro de lidia.
Después de 35 años de trayectoria, con esas palabras, Enrique Ortiz de Landázuri Izarduy, anunciaba el retiro del escenario de su alter ego, Enrique Bunbury, nuestro Aragonés Errante
Se termina febrero y en mi última columna del mes quiero hablar del amor más bíblico e inspirador que conozco, el de Florentino Ariza por Fermina Daza en la icónica novela del gran Gabriel García Márquez, “El amor en los tiempos del cólera”. Basta con evocar la Primera Carta a los Corintios donde San Pablo escribe:
Febrero sin duda es uno de mis meses favoritos, puesto que me emociona poder pausar la cotidianidad y la letal rutina, y dar paso a la celebración del amor. Es por ello, que en esta ocasión el tema de la presente columna es acerca de una de las más grandes historias de amor jamás contadas dentro del cine contemporáneo: la de Bill con Beatrix Kiddo; la cual es narrada poéticamente por Quentin Tarantino en dos partes, donde la primera se trata de su propia consagración como un esteta de la violencia; y en la segunda, muestra un profundo conocimiento de la naturaleza humana y de todas las emociones que devienen del amor de pareja.